LITERATURA EN PAITA: UNA BELLEZA ESCONDIDA
Para adentrarme en el tema que he titulado así, se me hace necesario tener, por lo menos, un ligero concepto de lo que es Arte y de lo que es Literatura. Al primero se le puede definir como una actividad espiritual por medio del cual el hombre crea obras con el fin de belleza. Las diferentes formas expresivas del arte se catalogan bajo la expresión tan difundida de “bellas artes” que se clasifican en: a) Artes del espacio (Arquitectura, Escultura y Pintura) Estas ocupan un lugar en el espacio; y b) Artes del tiempo: (Música y poesía) Al contrario de las anteriores, no ocupan un lugar permanente en espacio, sino que se adecuan a la fluencia del tiempo. La Danza tiene una ubicación intermedia entre ambos grupos ya que reúne elementos especiales (el cuerpo humano) y elementos temporales (ritmo de movimiento) A estas seis manifestaciones clásicas, hoy se agrega otra forma expresiva que ha copado la atención del público y tiene repercusión social: el cine.
En lo que respecta a la Literatura, definirla es tarea ardua en vista de que se encuentra vinculada al desarrollo de la conciencia humana cuya transformación es incesante. Asimismo, su materia de trabajo son las palabras, y las reflexiones, sutilezas e ideologías contenidas en ellas. El término poesía se acerca más al significado del término latino literae (letras) relacionándose directamente con el producto artístico verbal (tanto el verso como la prosa cabían en la definición poesía) El término literatura se utiliza para referirse globalmente a la producción tanto en prosa como en verso.
El título del presente tema, me ha hecho pensar en aquel concepto del intelectual Luis Alberto Sánchez, mediante el cual se preguntaba si la literatura era un vehículo de nacionalismo subordinada a urgencias patrióticas, geográficas, raciales o políticas. Luis Alberto Sánchez concluía o decía que no, que la literatura era general y que por literatura nacional o regional se entiende a la forma de expresarse de un pueblo por medio de la palabra escrita.
Tomando en cuenta este concepto, al cual respeto, me atrevo a decir que la producción literaria de la Región Grau, recién se manifiesta con nitidez en el siglo XX con obras en prosa y en verso en cantidad suficiente como para tener presencia en el ámbito literario nacional. Y lo meritorio es el hecho de que en nuestra región se ha dado la coexistencia de todas las escuelas literarias, como el Clasicismo, el Barroco, el Romanticismo, el Realismo, el Vanguardismo, etc.
Conociendo ya el panorama literario de nuestra región, podemos hablar de la literaria en la provincia de Paita, de sus distritos y pueblos; y empiezo diciendo que en esta parte de Piura hay una belleza escondida en materia artística, especialmente en literatura. Si bien es cierto que existe una gran cantidad de cultores de este arte, también soy consciente que su producción es muy poca debido a muchos motivos, tales como: 1) Indiferencia de quienes deben apoyar la producción artística; 2) El temor al fracaso que sienten los autores; 3) La falta de comunicación entre ellos; y 4) La creencia o el tabú de que si no ganan en los concursos en que participan, no sirven para el oficio.
En mi recorrido por varios pueblos de Paita he constatado que los autores, ante estos motivos, esconden sus obras, y de esta manera están condenadas a morir.
En lo que respecta al distrito de La Huaca, en el año 1993, al concurso de Cuentos y Leyendas organizado por Radio Cutivalú (Piura) se presentaron, de entre La Huaca y Viviate, doce hermosos trabajos que si no llegaron a ganar fue por la falta de interpretación de las bases u otro errores, según declaración del propio jurado.
Siguiendo con mi pueblo, La Huaca, hay que lamentar el hecho de no haberse podido editar los trabajos de muchos autores, como los de don Pedro Sarango Ojeda (en Prosa y Verso) perdiéndose la ocasión de apreciar y deleitarse con su novela “Dos cartas a Rosalía”, obra que se puede colocar dentro de la corriente o escuela Romántica. He podido apreciar la obra “El Destino” de otro huaqueño que bien se podría ubicar en la Escuela del Realismo. También los poemarios “Sentir y escribir” y “Huellas profundas” de Pablo Enrique Medina Herrera, los que tienen una influencia de Neruda y Amado Nervo.
Luego sacamos de Viviate, la creación del prof. Pedro Eduardo López Denegri, quien con sus sonetos le ha cantado al cholo, a la chiroca, al amigo muerto o ha compuesto la letra de un himno. Y caminando por los demás pueblos de mi distrito, están don Roberto Quevedo (Macacará) Leopoldo Navarro (Viviate) Pedro Talledo Morán (La Huaca) Mario Medina (Nomara) los repentistas hermanos Zapata Sarango (El Portón) También está escondido el arte epistolar de don Manuel Pío de Zúñiga y Ramírez. Actualmente están apareciendo los huaqueños Juan Lucio Coronado Guevara, Alfonso Herrera Calderón, Elvia Estrada. Estos últimos, han hechos conocer sus trabajos en tirajes mínimos, para un círculo de amigos, pero también constituyen parte de la belleza escondida del quehacer literario paiteño.
Así como la literatura que se practica en mi distrito aparece escondida, seguramente que habrá en los otros pueblos de nuestra provincia, como Pueblo Nuevo de Colán, El Arenal, Tamarindo, Amotape, Vichayal; lo mismo que en las caletas y caseríos pequeños. Son muy pocos los literatos de estos pueblos que han dado a la luz sus obras, pero los que ya lo han hecho han contribuido tremendamente a la LITERATURA DE PAITA y regional; entre ellos Víctor Francisco Pingo Guzmán (Pueblo Nuevo de Colán) Marcos Reyes Fuentes (Paita) Abraham F. Gonzales Castillo (Paita) Jorge Hidalgo Castillo (Paita) Luis Codarlupo Torres (Paita) Francisco César Cácerez Zapata (Paita) Enrique Yen Chunga (Paita) Santos Farfán (Pueblo Nuevo de Colán) Juan Ávila Medina (Tamarindo) Enrique Moisés Córdova Benites (Paita) Humberto Benítez Timaná (Paita) Reynaldo Moya Espinosa (Paita) Vidal Rivas Castillo (Paita) Atilio Antón Chávez (Paita) María Yolanda García Ugarte (La Huaca) Sebastián Ral (Miramar – Vichayal)
Quizás el mayor aporte a la literatura regional que haya dado Paita hayan sido sus poetas, pero sus obras son difíciles de adquirir, y es por eso que la juventud de Paita no las conocen. Si queda algún rastro aquellos poetas o son conocidos parcialmente, se debe a la educadora María Elena Hidalgo Castillo de Peña, quien en 1989, poco antes de su muerte, hizo una Antología de Poetas Paiteños donde aparecen: Dario S. Rubio, Manuel Rafael Isaías Garrido Ugarte, Juan Manuel Lazo Salguero, Julio Cesar Ginocchio Sánchez, Darío Augusto Rubio Arellano, Teodoro Garcés Negrón, Luis Enrique Ginocchio Feijó, Lily Moral de Corrochano, Luis Felipe Angell de Lama (“Sofocleto”) José Ruffo Cárcamo Ladines, Javier Francisco Ramírez Gutiérrez, Libertad Estela Orozco Zapata, José Miguel Godos Curay y Ana María Álvarez Ascárate.
Hoy hay que agregar a Jorge Montero, Mary Godos Curay, Wilmer Casanova, Vidal Rivas Castillo, entre otros. Seguramente que he omitido algunos nombres, razón por la que presento las disculpasdel caso, pero estos baluartes de la poesía y de la prosa de nuestra querida provincia de Paita están siendo desatendidos por las autoridades. Siempre los candidatos a la Alcaldía Provincial, para llegar al poder, pregonan que se preocuparán por la cultura de Paita, pero cuando ya están en el gobierno no son capaces de prestar ayuda a estos cultores del arte y la literatura.
Felizmente, en la I Tertulia “Encuentro de Poetas y Escritores Paita 2015” llevada a cabo el 15 de Abril pasado, en la Municipalidad de Paita se consiguió que se acogiera una petición que me cupo hacer en el momento de mi intervención, en el sentido de que se procurara la creación de un Fondo Editorial para la publicación de las obras de los poetas, historiadores y escritores de Paita, organizándose además Juegos Florales y otros concursos. Hace pocos días, el poeta Vidal Rivas me ha dado la feliz noticia de que tal ponencia ha tenido resultados positivos.
Paita, al igual que sus distritos, están formados por paisajes alegres, por accidentes geográficos únicos, los mismos que son fuentes de inspiración; y por eso vemos que sus narraciones son alegres y misteriosas, pues ahí están retratados los campos, el río, los pájaros, los caminos, la fauna y la flora de los distritos, el mar, el muelle, sus pescadores. Todo esto facilita la creación de belleza en forma literaria. Un ejemplo de un personaje o protagonista de muchos relatos y mitos es la famosa “Silla de Paita”, donde, mitológicamente, vive el demonio. Dar a conocer esta leyenda constituye un aporte al enriquecimiento de la literatura regional. Muchos escritores han tomado esta geografía en sus narraciones, entre ellos Vidal Rivas, Jorge Hidalgo, Ramiro Atilano Rosas Riofrío.
Si bien es cierto que Paita y sus pueblos han contribuido con la literatura regional, habrá que tomar en cuenta lo que todavía está escondido, aquella belleza que todos debemos procurar sacar a la luz. Con toda seguridad debo decir que ahí están escondidos los trabajos de gran belleza esperando que se difundan, que se muestren, con lo que el aporte paiteño a la región o a la literatura nacional será aún más importante. Saquemos la belleza que esconde Paita, distritos, pueblos y caletas, y exhortemos a los nuevos creadores de belleza para que, de una u otra forma, difundan sus obras.
Al cerrar este artículo recomiendo, especialmente, a la niñez y juventud de nuestra provincia, meterse en la práctica de la lectura, que es la actitud más inteligente del ser humano porque ayuda a ver al mundo de una manera diferente; y, de paso, hacer sentir felices a nuestros escritores paiteños.
La Huaca, 30 de mayo del 2015.