FOTOGRAFÍA TOMADA EN 1962 CON UNA
MÁQUINA "FERRANIA" POR FEDERICO AYÓN TALLEDO, CUANDO YO TENÍA 18 AÑOS
LA HUACA DE ANTES -
"EL CAMPANARIO"
Por aquellos tiempos en que en
nuestro medio no existían antenas parabólicas ni de radio, que no había tanque
elevado de agua ni otro objeto propio de la modernidad, la torre de la iglesia
era la edificación más elevada que existía en el pueblo y la que se divisaba
desde la lejanía, sirviendo de norte a los viajeros y arrieros que se
aventuraban visitar La Huaca. Cuantas
veces los sismos la echaron por tierra, otras tantas los fieles católicos del
pueblo la levantaron.
La torre tenía en su interior unas
viejas campanas de la mejor forja, las que hasta hoy se conservan, y cuyo
sonido, de singular característica, se esparcía por varios kilómetros a la
redonda, de lo que el pueblo siempre se sintió orgulloso.
Hablar del campanario de la iglesia
de La Huaca es hablar de historia, de misterio y de recuerdos, porque quién de
los huaqueños no ha tenido un día el impulso o la curiosidad de subir al
campanario.
Subir a la torre antes del año
1952, fecha en que un terremoto echó por tierra el campanario de madera, era
toda una aventura, pues las escalas de adobe llevaban al visitante hasta los
dos tercios del camino desde donde nacía una vieja y vacilante escalera de
madera que comunicaba con el recinto donde se encontraban las enormes
campanas. Quienes tenían el “valor” de
cruzar este obstáculo tendrían el privilegio de asomarse al pueblo para
contemplarlo y acariciar las sonoras campanas.
Luego de aquel sismo, viendo a la
torre por el suelo, las autoridades, los fieles y vecinos de la localidad, lo
mismo que los huaqueños residentes en diferentes lugares del país, se
organizaron en comités e hicieron levantar nuevamente la torre. En esta nueva ocasión fue hecha con ladrillo
y cemento, y la escalera fue reemplazada por otra hecha también de material
noble que llegaba hasta las campanas sin presentar peligro alguno.
Esta obra duró hasta 1970 en que
otro movimiento sísmico la echó por los suelos, privando por casi 30 años a los
nuevos pobladores, del encanto o embrujo de meterse en el vientre de un
campanario, pues el actual fue construido recién en 1997, por iniciativa del
Municipio que presidió el Dr. Federico Juan Ayón Talledo[1].
Subir al antiguo campanario de La
Huaca era toparse en el obscuro pasadizo con cientos de murciélagos que al
volar venteaban el rostro al visitante, mientras que un acre olor a polvo y
moho hería las fosas nasales, lo que se disipaba en cuanto se llegaba al
campanario en sí, donde se recibía el aire fresco desde los cuatro costados, y
desde donde se podía mirar los techos de las casas del pueblo y admirar el
verde paisaje y el brillante río Chira que pasaba al norte del poblado rumbo al
oeste, hacia el mar; o contemplar los nidos de lechuzas las que con sus grandes
ojos observaban al intruso. Este
campanario, dado que de él se decía que era abundante en “penas” y
“aparecidos”, servía a los jóvenes, en las noches de completa oscuridad, para
demostrar su valor, siendo prueba de de ello subir solos hasta las campanas y
desde ahí anunciar su presencia.
Estar en el campanario de La
Huaca significaba no sólo elevar el cuerpo a un plano superior, sino hacer volar el espíritu, que se llenaba de
tranquilidad y de paz, donde los sentidos parecían manifestarse haciendo
concebir la vida de una manera diferente.
Para la gente que vivió por el año 1885,
las campanas tuvieron gran significado e importancia en sus vidas, pues por
acuerdo entre el Municipio y el Párroco, fueron ellas las que anunciaban con su
tañido el paso de las horas como si fueran las campanas de un enorme
reloj. De igual forma, las campanas
marcaron, hasta finales de 1950, la hora del Credo y del Ángelus que los
huaqueños atendían poniéndose en oración dentro de sus hogares.
Se tiene memoria de gente que se
dedicó a la tarea de tocar las campanas, lo que los hizo muy populares y
queridos, pudiéndose rescatar del recuerdo a campaneros como don Ismael
“Sabroso” Alburqueque, don José “El Mocho” Miñán Rebolledo, don Luis “Luchito”
Miñán Quezada, Gregorio “Goyito” Guzmán Morán, Aurelio Ríos Ojeda, entre otros.
Las campanas eran, también, las que
con su toque a rebato, las que convocaban a reunión ante cualquier
acontecimiento y servían de alarma ante incendios u otro desastre. Es de suponer que cuando el pueblo de La
Huaca, en 1821, lanzó su grito de independencia, fueron las campanas las que
llamaron con alegría a los vecinos hacia el atrio de la iglesia para afirmar su
anhelo de libertad. Lo mismo paso, seguramente, cuando en abril de 1821 el pueblo
eligió en la Casa Parroquial al Primer Cabildo presidido por don Matías
Talledo.
El campanario tampoco fue ajeno a
la vida romántica del pueblo, ya que algunos vecinos urgidos por el amor y la
pasión se escapaban con sus parejas hacia aquel lugar para refugiarse y amarse
con cierto sabor a sacrilegio.
La Huaca, 1º de enero del 2015.
[1] Alcalde durante el periodo
1996 al 1998.
FOTOGRAFÍA TOMADA EN 1962 CON UNA
MÁQUINA "FERRANIA" POR FEDERICO AYÓN TALLEDO, CUANDO YO TENÍA 18
AÑOSFOTOGRAFÍA TOMADA EN 1962 CON UNA MÁQUINA "FERRANIA" POR FEDERICO
AYÓN TALLEDO, CUANDO YO TENÍA 18 AÑOS
Torre de la iglesia Sana Ana de
La Huaca deteriora por el terremoto del año 1952Torre de la iglesia Sana Ana de
La Huaca deteriora por el terremoto del año 1952
Torre derribada por un terremoto
el año 1970Torre derribada por un terremoto el año 1970
Torre construida en 1997 por el
Municipio que presidió el Dr. Federico Juan Ayón TalledoTorre construida en
1997 por el Municipio que presidió el Dr. Federico Juan Ayón Talledo
Antigua iglesia demolida en el
año 1970 (Véase su alto campanarioAntigua iglesia demolida en el año 1970
(Véase su alto campanario
Actual iglesia y su nueva torre
del campanario.Actual iglesia y su nueva torre del campanario.
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