viernes, 5 de junio de 2015

EL CUENTO DEL MES (Junio 2015) :"LAS MARIPOSAS DE JUNIO"

Este cuento está dedicado a mi nieto Pablo Enrique Medina Calderón por motivo del 3er. Aniversario de su nacimiento. (Hoy tiene 20 años)

NOTA. Ilustraciones: Imágenes de Google.

 LAS MARIPOSAS DE JUNIO

El mes de junio regalaba al valle del Chira días de esplendoroso sol y noches serenas y refrescantes llenas de indescriptibles murmullos.  Los chacareros miraban alegres sus maizales cargados de barbirrubias mazorcas a punto de ser cosechadas, y los cuidaban con mucho esmero, especialmente, de los zorros que, en su afán de lograr el mejor choclo, se lanzaban sobre las tarallas derribando el materío.
La tarea de cuidar el sembrío en la chacra de don Jesús Álvarez fue encomendada a “Culilo”, hijo último de éste y a quien le encantaba tumbarse boca arriba a contemplar el cielo, pero alerta siempre a todo ruido extraño.  Le quedaban pocas noches de guardianía ya que la fecha del “desgaje” estaba próxima, cuando, contemplando la negrura de la noche, se sorprendió de una explosión como de fuegos artificiales que dejó el firmamento salpicado de miles y miles de blancas estrellitas que sólo la llegada de un nuevo día pudo desvanecer.
En las dos siguientes noches “Culilo” se regocijó nuevamente con ese espectáculo celestial y cada vez le parecía que aquellas manchas de puntos luminosos se acercaban al suelo.  Su mente volaba en busca de alguna respuesta sobre este fenómeno del cual no se escuchaba hacer comentarios en el pueblo, por lo que creyó que todo era solamente una ilusión, de lo que quedó convencido cuando a la cuarta noche el cielo recobró su natural estado.
Terminada la cosecha y cuando ya “Culilo” se había olvidado del incidente, una madrugada, mientras dormitaba sobre su burro rumbo al río en busca de agua, pudo apreciar en los cercos, en los sauces, en los pajarobobos y por todos lados, pequeños puntos blancos que se le antojaron diminutos copos de nieve.  Su curiosidad de muchacho lo llevó hasta ellos y descubrió que eran mariposas, miles y miles de mariposas blancas.  De retorno a su casa encontró que también la plaza, las calles y los techos estaban llenos de esas diminutas mariposas blancas.  El acontecimiento casi olvidado de noches pasadas le vino a la mente y se imaginó que aquellas maripositas habían llegado del cielo.
Por mucho tiempo las albas mariposas campearon por el pueblo.  Iban por todas partes, de día y de noche; se posaban sobre las personas, las que no se atrevían a matarlas, ni siquiera a espantarlas porque eran muy hermosas, suaves y aterciopeladas.
En la escuelita de La Huaca, su pueblo, donde “Culilo” estudiaba, se enteró, mediante un comentario realizado por su maestro, que similares mariposas habían invadido todos los rincones de la tierra, pues así lo decían la radio los periódicos.
Los años se fueron deslizando en vida de “Culilo” el que, al terminar su instrucción primaria, se dedicó a las labores agrícolas.  Luego se casó, y  a la muerte de su padre, quedó al frente de la chacra a la que tanto amaba y a la que había dedicado parte de su niñez y de su juventud.  Fue por esa época en que estalló la noticia de que la tierra había sido invadida por un virus que estaba produciendo esterilidad en infertilidad en los seres humanos, noticia que, de ser cierta, explicaría el motivo de la infertilidad en su hogar, lo que lo había privado de la dulce presencia de los niños que tanto había buscado para sentirse plenamente realizado.  Le tocó ver, además, como lentamente su pueblo se quedaba sin la alegría y el alboroto de los niños y de cómo la gente mayor se iba muriendo de vieja, disminuyendo así la población.
El tiempo trasladó a “Culilo” a la edad madura, sin la compañía de su esposa quien había muerto por causas naturales a los cuarenta años de edad.  Se dedicaba, como siempre, a la chacra heredada de su padre y vivía añorando tiempos idos y felices de su niñez y de su juventud, de su amor por Clara, su esposa, y de su feliz matrimonio.  Estos recuerdos lo ponían triste en esa su edad natura, edad que no había podido borrarle la costumbre de echarse boca arriba por las noches para contemplar extasiado las fugaces estrellas.
Con la infertilidad de la humanidad, el tiempo era como una máquina que en forma inexorable y cruel acabaría con la especie humana.  Hacía tiempo que no hacía un niño más.  La radio y los periódicos anunciaban el fin del mundo, de aquel mundo ya sin niños, sin juegos ni risas infantiles y sin esperanzas; de gente que año tras año se hacía más vieja y moría.  Ante ello nada podían hacer los sabios y científicos que en otra época dedicaron tanto de su tiempo y de su saber al control de la natalidad, a inventar armas y máquinas de muerte y que ahora se mostraban preocupados por no encontrar algo que acabara con esa calamidad.  A pesar de sus esfuerzos y de su dedicación, los resultados eran negativos por lo que se sentían impotentes.  Todo parecía castigo de Dios, como una sanción por la soberbia de querer interferir en las cosas de la naturaleza y con los mandatos divinos.
-Qué sola y triste es esta vida sin la alegría de los niños- pensaba “Culilo”
Y el tiempo transcurría y la humanidad se acababa.  Poco a poco iban cayendo en desuso las tiernas y dulces palabras padre, abuelo, hijo, hieto.
Contemplar los sembríos era para “Culilo” motivo de profunda tristeza y de una gran amargura.  Recordaba con nostalgia a su padre y a sus hermanos los que, uno a uno, se fueron muriendo.  Sabía que le quedaba poco tiempo en este mundo raleado por quién sabe qué maldición, y aquel tiempo lo empleaba en recorrer cada rincón de su pueblo, cada sitio donde había vivido momentos felices con su esposa.  Deambulaba por las chacras abandonadas por la gente que se iba acabando.
Una noche, movido por la nostalgia, quiso recorrer lo que fue su chacra, y sus pasos lentos y pesados lo llevaron por el viejo camino que tanto recorriera en su niñez y juventud.  Su cuerpo encorvado por la carga de tristeza y de los años, se recortaba difusamente en el horizonte clareado por la luna, sus ojos cansados ya no tenían el alcance de otros tiempos.  Aún así, al llegar cerca de la vieja y abandonada “casa de la bomba”, desde donde, antaño, se regaban los sembríos y, hoy, enchopada por las matas nacidas a su alrededor, distinguió que por la ventana se filtraba una luz blanca y brillante como la de aquella noche de la explosión celestial.  Desenvainó su machete y se acercó cauteloso a la casa y comprobó que aquella claridad la emanaban los cuerpos de una gran cantidad de mariposas que se encontraban posadas en la vieja máquina de regadío.
“Culilo” quedó como hipnotizado por aquella luz.  Extasiado se sentó a contemplar aquel espectáculo.  Así pasaron varias horas y al cabo de las cuales vio con sorpresa y estupor que cada una de las mariposas iba tomando forma casi humana hasta convertirse en criaturas de unos ochenta centímetros de alto, de rostro excesivamente pálido que contrastaba con los ojos que tenían una negrura intensa y brillante.  De sus pechos salía un par de brazos y dos pequeñas pero robustas piernas que sostenían un cuerpo oval y apergaminado.
El corazón pareció detenerse en el pecho del asustado “Culilo” pero su mente, que lo trasladó a la noche del fenómeno de la explosión celestial de aquel junio de hacía más de cincuenta años, lo hizo entender que de alguna manera el ya conocía al respecto, por lo que recobrando un poco la serenidad se alejó del lugar.
Muchas noches de insomnio le costaron a “Culilo” determinar sobre lo que haría con este fantástico descubrimiento.  Todo para él estaba muy claro y por ello la rabia dominaba sus sentidos, lo que lo llevó a que una noche llegara hasta la “casa de la bomba” y cerciorándose que aquellos extraños seres estaban dentro empezó a rociar gasolina en las paredes de la vieja casa con el propósito de prenderles fuego.  Pero cuando estaba a punto de rasgar el fósforo que quizás acabaría con ellos, un pensamiento lo hizo ver que estaba actuando movido por el egoísmo y acicateado por un escondido sentimiento de venganza.  Entonces, sigilosamente llegó hasta la maraña que cubría la puerta y empezó a observar a estos repulsivos seres, los que parecían comunicarse con murmullos y movimientos de cabeza.
Atento a todo, casi sin pestañear, se pasó largo rato hasta que, llegadas las primeras luces de la madrugada, estos engendros fueron tomando la forma de bellas y blancas mariposas.  Fue en ese instante en que “Culilo” ingresó a la casa y tomó un gran número de ellas, las echó en el “chanchero” que portaba siempre y emprendió el camino hacia el pueblo.
A “Culilo” siempre se le hizo pesado viajar a la ciudad capital de la región, pero ante la noticia de que ahí, en Piura, se reunían, como en otros lugares del mundo, los más grandes científicos en busca de un indicio o huella que los llevara a detener el fin de la humanidad, tomó viaje en forma inmediata y venciendo la resistencia que le pusieron para impedirle el paso a esa reunión, pudo llegar hasta ella.  Al verlo, los doctores, científicos y estudiosos, sorprendidos y molestos por la interrupción, le preguntaron que hacía ahí, al tiempo que unos guardias lo tomaban por los brazos y hombros para echarlo.
A la contestación de que él era Daniel Álvarez y que en su “chanchero” tenía la respuesta a lo que estaban buscando, el que dirigía aquella junta no pudo contener una sonrisa y creyéndolo un loco quiso seguirle la corriente y ordenó que lo acercaran.  Le recibió el costal y vio que contenía numerosas mariposas blancas, lo que causó risa entre los científicos quienes ordenaron que le retiraran de la sala.  “Culilo”, mientras lo sacaban, a gritos explicó el misterio de las mariposas.
-¡Salven al mundo, doctores.  Salven al mundo- gritaba el hombre desde la calle.
Si algún día este relato es leído por algún niño del mundo será prueba que al anciano “Culilo” le creyeron la explicación que dio y, por lo tanto, los científicos dedicaron y entregaron sus conocimientos para recuperar la vida y para cuidar a nuestro hermoso planeta que es motivo de la ambición de seres de otros mundos, seguramente no tan bellos como nuestra amada Tierra.

La Huaca, 5 de junio del 2015. (Por el "Día del Medio Ambiente")


LOS CHACAREROS MIRABAN ALEGRES SUS MAIZALES CARGADOS DE BARBIRRUBIAS MAZORCAS A PUNTO DE SER COSECHADAS, Y LOS CUIDABAN CON MUCHO ESMERO, ESPECIALMENTE, DE LOS ZORROSLOS CHACAREROS MIRABAN ALEGRES SUS MAIZALES CARGADOS DE BARBIRRUBIAS MAZORCAS A PUNTO DE SER COSECHADAS, Y LOS CUIDABAN CON MUCHO ESMERO, ESPECIALMENTE, DE LOS ZORROS
... SE SORPRENDIÓ DE UNA EXPLOSIÓN COMO DE FUEGOS ARTIFICIALES QUE DEJÓ EL FIRMAMENTO SALPICADO DE MILES Y MILES DE BLANCAS ESTRELLITAS QUE SÓLO LA LLEGADA DE UN NUEVO DÍA PUDO DESVANECER.... SE SORPRENDIÓ DE UNA EXPLOSIÓN COMO DE FUEGOS ARTIFICIALES QUE DEJÓ EL FIRMAMENTO SALPICADO DE MILES Y MILES DE BLANCAS ESTRELLITAS QUE SÓLO LA LLEGADA DE UN NUEVO DÍA PUDO DESVANECER.


POR MUCHO TIEMPO LAS ALBAS MARIPOSAS CAMPEARON POR EL PUEBLO.  IBAN POR TODAS PARTES, DE DÍA Y DE NOCHE; SE POSABAN SOBRE LAS PERSONAS, LAS QUE NO SE ATREVÍAN A MATARLAS, NI SIQUIERA A ESPANTARLAS PORQUE ERAN MUY HERMOSAS, SUAVES Y ATERCIOPELADAS.POR MUCHO TIEMPO LAS ALBAS MARIPOSAS CAMPEARON POR EL PUEBLO. IBAN POR TODAS PARTES, DE DÍA Y DE NOCHE; SE POSABAN SOBRE LAS PERSONAS, LAS QUE NO SE ATREVÍAN A MATARLAS, NI SIQUIERA A ESPANTARLAS PORQUE ERAN MUY HERMOSAS, SUAVES Y ATERCIOPELADAS.
FUE POR ESA ÉPOCA EN QUE ESTALLÓ LA NOTICIA DE QUE LA TIERRA HABÍA SIDO INVADIDA POR UN VIRUS QUE ESTABA PRODUCIENDO ESTERILIDAD EN INFERTILIDAD EN LOS SERES HUMANOS, ...FUE POR ESA ÉPOCA EN QUE ESTALLÓ LA NOTICIA DE QUE LA TIERRA HABÍA SIDO INVADIDA POR UN VIRUS QUE ESTABA PRODUCIENDO ESTERILIDAD EN INFERTILIDAD EN LOS SERES HUMANOS, ...
LA RADIO Y LOS PERIÓDICOS ANUNCIABAN EL FIN DEL MUNDO, DE AQUEL MUNDO YA SIN NIÑOS, SIN JUEGOS NI RISAS INFANTILES Y SIN ESPERANZAS; DE GENTE QUE AÑO TRAS AÑO SE HACÍA MÁS VIEJA Y MORÍA.LA RADIO Y LOS PERIÓDICOS ANUNCIABAN EL FIN DEL MUNDO, DE AQUEL MUNDO YA SIN NIÑOS, SIN JUEGOS NI RISAS INFANTILES Y SIN ESPERANZAS; DE GENTE QUE AÑO TRAS AÑO SE HACÍA MÁS VIEJA Y MORÍA.
UNA NOCHE, MOVIDO POR LA NOSTALGIA, QUISO RECORRER LO QUE FUE SU CHACRA, Y SUS PASOS LENTOS Y PESADOS LO LLEVARON POR EL VIEJO CAMINO QUE TANTO RECORRIERA EN SU NIÑEZ Y JUVENTUD.  SU CUERPO ENCORVADO POR LA CARGA DE TRISTEZA Y DE LOS AÑOS, SE RECORTABA DIFUSAMENTE EN EL HORIZONTE ...UNA NOCHE, MOVIDO POR LA NOSTALGIA, QUISO RECORRER LO QUE FUE SU CHACRA, Y SUS PASOS LENTOS Y PESADOS LO LLEVARON POR EL VIEJO CAMINO QUE TANTO RECORRIERA EN SU NIÑEZ Y JUVENTUD. SU CUERPO ENCORVADO POR LA CARGA DE TRISTEZA Y DE LOS AÑOS, SE RECORTABA DIFUSAMENTE EN EL HORIZONTE ...
CADA UNA DE LAS MARIPOSAS IBA TOMANDO FORMA CASI HUMANA HASTA CONVERTIRSE EN CRIATURAS DE UNOS OCHENTA CENTÍMETROS DE ALTO, DE ROSTRO EXCESIVAMENTE PÁLIDO QUE CONTRASTABA CON LOS OJOS QUE TENÍAN UNA NEGRURA INTENSA Y BRILLANTE.CADA UNA DE LAS MARIPOSAS IBA TOMANDO FORMA CASI HUMANA HASTA CONVERTIRSE EN CRIATURAS DE UNOS OCHENTA CENTÍMETROS DE ALTO, DE ROSTRO EXCESIVAMENTE PÁLIDO QUE CONTRASTABA CON LOS OJOS QUE TENÍAN UNA NEGRURA INTENSA Y BRILLANTE.
FUE EN ESE INSTANTE EN QUE “CULILO” INGRESÓ A LA CASA Y TOMÓ UN GRAN NÚMERO DE ELLAS, LAS ECHÓ EN EL “CHANCHERO” QUE PORTABA SIEMPRE Y EMPRENDIÓ EL CAMINO HACIA EL PUEBLO.FUE EN ESE INSTANTE EN QUE “CULILO” INGRESÓ A LA CASA Y TOMÓ UN GRAN NÚMERO DE ELLAS, LAS ECHÓ EN EL “CHANCHERO” QUE PORTABA SIEMPRE Y EMPRENDIÓ EL CAMINO HACIA EL PUEBLO.

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